6:17 am. Tengo que apresurarme bañándome si quiero llegar temprano el primer día de clases. Me meto en la ducha y el agua esta fría, creo que sera un buen día pues siempre he dicho que el agua fría te da todas las energías que el cuerpo necesita en la mañana. Tomo un trozo de pan, un beso a mamá y unas cosquillas a mi perro, ya estoy lista para ver a mis amigos después de 3 meses de largas vacaciones.
Estoy llegando al colegio y mis nervios y emoción por ver a mis amigas no son normales, Noha acaba de regresar de España y Aitana de Roma; como extrañe a esas tontas. Al entrar en las puertas del colegio entre los llantos de los niños de 1er nivel que no quieren quedarse sin sus mamás y los de 5to año que ya están haciéndose notar, me tropiezo con un bobo que no ve por donde camina y me tira el bolso al suelo pero no se disculpa sólo lo toma y me lo lanza.Cuando veo su rostro era de cara muy perfilada, con pecas en sus pómulos y su cabello de color castaño que combinaba con sus ojos grises que me decían que estaba perdido, me pareció conocido pero no le dí importancia a eso pues era un chico nuevo como cualquier otro.
Allá están mis amigas esperándome; las abrazo y juntas comenzamos a saludar a todos en la escuela riéndonos y bailando como siempre. Aitana me dice que me tiene que contar algo urgente pero justo en ese momento la directora Margot toma el micrófono y pide que formemos para ir al auditorio del colegio y recibir la tradicional bienvenida del "nuevo años escolar". Nos agrupan por año y nos sentamos en el auditorio del colegio a esperar los discursos de los profesores, el vídeo de la bienvenida y la asignación de los profesores guías para cada uno de los salones.
Y ahí esta, la noticia que pone mi vida inestable. Aitana y Noha comienzan a decirme que ingreso Marco a nuestra escuela, el chico que vivía hace 5 años en mi urbanización y por el que me volvía loca, pero que se mudo a Tombish por el trabajo de sus padres. Cuando se mudó él tenia 13 años, ahora volvía con 18 y yo con un año menor de diferencia. ¿Se acordaría de mi? fue lo primero que me pregunte y ¿cómo estaría cinco años después de la última vez que hablamos?.
Estuve toda la mañana pensando en eso, pero ninguna de las tres vió a Marco en la escuela el primer día, sin éxito alguno de volverlo a ver después de 5 años en la escuela, por el día tan ajetreado que tuvimos, me despido de mis amigas y voy camino a casa deseando que ya sea mañana para ver si tengo la oportunidad de verlo. Al llegar toco la puerta de casa pero me doy cuenta que esta un carro rojo frente a ella, cosa que significaba que había visita. Me abre mi mamá y me recibe mi perro, camino a mi cuarto mamá me susurra al oído "tenemos una agradable visita en la sala". Me dirijo a la sala y ahí esta la Sra. Marina, sentada con una taza de café. La Sra. Marina es la mamá de Marco, estaba de visita por la casa porque antes de mudarse a Tombish ella y mamá eran muy buenas amigas.
Quedé congelada, paralizada e inmóvil ante aquel acontecimiento; justo en ese momento escucho la puerta del baño rechinar, pero mamá y la Sra. Marina estaban en la sala ¿Quién más podría estar en casa? pasa por detrás de mi aquella sombra que se dirige a sentarse, cuando lo veo era él, era Marco que había llegado 5 minutos antes que yo, pero me llevo una gran sorpresa... El tonto de la mañana que me tiró el bolso al piso, el de mirada perdida era él, lo que significa que no me equivocaba cuando en la mañana me pareció conocido.
Ambos quedamos parados uno frente al otro, un silencio profundo, nuestras miradas cruzándose, nuestra respiración, nuestras madres mirando aquella escena como una telenovela a las 3 de la tarde en la televisión hasta que un ladrido de Sam (mi perro) rompió el silencio.
- Hola- Dijo. No salia palabras de mi boca.
- Disculpa por lo de esta mañana, me tropecé. Estaba apurado buscando la dirección y no me di cuenta que no me disculpe.
- No te preocupes- Conteste. En realidad no habia mucho que pudiera decir en ese momento.
Mi mamá me pidió que conversara con él un rato mientras ella conversaba con su mamá, en ese momento fue algo incomodo porque ninguno de los dos sabia como decirle al otro para salir a caminar por la urbanización, fue entonces cuando la Sra Marina se dio cuenta y ella fue la que nos propuso salir un rato.
Me adelante a la puerta, pero al tocar la calle camine un poco más lento de manera que él pudiera alcanzarme, al mismo ritmo caminando cerca de 3 largos minutos hasta que rompió el silencio. ¿Te acordaste de quien era esta mañana? preguntó, a lo que respondí: la verdad es que no, pero si me pareciste conocido, y ¿tu te acordaste de mi?. Pero sinceramente no estaba preparada para su respuesta.
-Si- respondió. Apenas te vi supe que eras tú, tú manera de reírte y la forma por la que vas por los pasillos bailando, todo éste tiempo me acorde de ti y al verte caminar tan cerca me tropecé y te empuje sin querer esta mañana.
En ese momento deje de caminar, mis manos empezaron a sudar y estaban frías como si hubiese nieve en ellas. Él me dijo que no era su intensión incomodarme, y me propuso ir al lago de la urbanización donde de pequeños siempre nos la pasábamos jugando.
De camino al lago comenzamos a hablar de nuestras vidas en estos 5 años, sin irnos a cosas muy profundas, hablamos sobre la banda en la que había estado en Tombish, su nuevo gato, de mi academia de baile y de mis amigas las cuales le había presentado antes de que se marchara. Al llegar al lago se quitó los zapatos, las medias, se subió el jean hasta un poco ante de sus rodillas e introdujo los pies en el agua, como lo hacia desde los 6 años, la edad que nos conocimos. Me senté a su lado e hice lo mismo, sentía animalitos dentro de mi y una rara sensación a medida que me acercaba.
De pronto todo comenzó a surgir solo, comenzábamos a hablar y a recordar viejos tiempo, nos reíamos y sin darnos cuenta comenzaba a pasar el tiempo. En un instante tomo mi mano, pero el momento era perfecto así que ningún interrumpió al otro y seguimos riendo. Su risa era perfecta, era eso que complementaba a la mía.
Sin darnos cuenta el tiempo había pasado y después de 3 horas su mamá lo llamaba para irse a casa. Un sentimiento extraño comenzó a caminar por mi cuerpo, creo que era ese sentimiento de no querer dejarlo ir. Nos colocamos nuestros zapatos y con una distancia muy corta comenzamos a caminar rumbo a mi casa. Al entrar era hora de que él se fuera, un beso en la mejilla y un "nos vemos mañana" en el oído terminaron de explotar todos los sentimientos que una adolescente de 17 años puede tener.
Había pasado el día, y con una sonrisa picara de mi mamá preguntándome como me había parecido la noticia de que Marco estudiaría en la misma escuela que yo, reí e inmediatamente supe que algo comenzaba a pasar. Era hora de dormir, pero mi mente estaba ocupada pensando que pasaría ahora que estábamos cerca una vez más. 10:45 pm. Suena mi teléfono, se refleja en la pantalla un mensaje diciendo "Fue chevere volverte a ver, gracias por ser parte de mi día" y de allí se derivan miles de preguntas: ¿Cómo consiguió mi número? ¿Qué le entusiasmo a escribirme? ¿Qué le respondería?Pensando en tantas cosas, me quedé dormida alrededor de las 11:20 pm.
Al despertar moría de ansias por contarles a Noha y Aitana lo que había pasado la tarde de ayer, me bañé y me arreglé rápido, un beso a mamá, cosquillas a mi perro y me fui al colegio. De camino, hubo un gran choque donde estaban involucrados una gran grúa y un pequeño twingo azul. Mientras llegaban los bomberos el paso estuvo trancado por 45 min lo que hizo que llegara tarde a la clase, me quede sentada en uno de los pasillos del colegio y veía a todos aquellos que comenzaban a llegar tarde por la misma situación.
Entre el señor de limpieza y una pequeña niña de 3ero venía llegando él, su rostro se iluminó con una sonrisa que me saludaba, me preguntó como estaba y comenzamos a hablar, se sentó al lado mió y así comenzaba a pasar el tiempo.
-Acompáñame a comprar en la cantina- Dijo. Me negué, estaba muy cansada porque no había dormido bien la noche anterior y aparte siempre me encantaba llevarle la contraria.
- No me hagas llevarte a la fuerza- Contestó.
-No te atreves- Respondí. Me miró fijamente, y con una carcajada al aire me tomó de un brazo hasta que me cargó. Todos se reían de nosotros, yo en cambio moría de pena pero estaba feliz porque iba con él rumbo a la cantina.
Ambos quedamos parados uno frente al otro, un silencio profundo, nuestras miradas cruzándose, nuestra respiración, nuestras madres mirando aquella escena como una telenovela a las 3 de la tarde en la televisión hasta que un ladrido de Sam (mi perro) rompió el silencio.
- Hola- Dijo. No salia palabras de mi boca.
- Disculpa por lo de esta mañana, me tropecé. Estaba apurado buscando la dirección y no me di cuenta que no me disculpe.
- No te preocupes- Conteste. En realidad no habia mucho que pudiera decir en ese momento.
Mi mamá me pidió que conversara con él un rato mientras ella conversaba con su mamá, en ese momento fue algo incomodo porque ninguno de los dos sabia como decirle al otro para salir a caminar por la urbanización, fue entonces cuando la Sra Marina se dio cuenta y ella fue la que nos propuso salir un rato.
Me adelante a la puerta, pero al tocar la calle camine un poco más lento de manera que él pudiera alcanzarme, al mismo ritmo caminando cerca de 3 largos minutos hasta que rompió el silencio. ¿Te acordaste de quien era esta mañana? preguntó, a lo que respondí: la verdad es que no, pero si me pareciste conocido, y ¿tu te acordaste de mi?. Pero sinceramente no estaba preparada para su respuesta.
-Si- respondió. Apenas te vi supe que eras tú, tú manera de reírte y la forma por la que vas por los pasillos bailando, todo éste tiempo me acorde de ti y al verte caminar tan cerca me tropecé y te empuje sin querer esta mañana.
En ese momento deje de caminar, mis manos empezaron a sudar y estaban frías como si hubiese nieve en ellas. Él me dijo que no era su intensión incomodarme, y me propuso ir al lago de la urbanización donde de pequeños siempre nos la pasábamos jugando.
De camino al lago comenzamos a hablar de nuestras vidas en estos 5 años, sin irnos a cosas muy profundas, hablamos sobre la banda en la que había estado en Tombish, su nuevo gato, de mi academia de baile y de mis amigas las cuales le había presentado antes de que se marchara. Al llegar al lago se quitó los zapatos, las medias, se subió el jean hasta un poco ante de sus rodillas e introdujo los pies en el agua, como lo hacia desde los 6 años, la edad que nos conocimos. Me senté a su lado e hice lo mismo, sentía animalitos dentro de mi y una rara sensación a medida que me acercaba.
De pronto todo comenzó a surgir solo, comenzábamos a hablar y a recordar viejos tiempo, nos reíamos y sin darnos cuenta comenzaba a pasar el tiempo. En un instante tomo mi mano, pero el momento era perfecto así que ningún interrumpió al otro y seguimos riendo. Su risa era perfecta, era eso que complementaba a la mía.
Sin darnos cuenta el tiempo había pasado y después de 3 horas su mamá lo llamaba para irse a casa. Un sentimiento extraño comenzó a caminar por mi cuerpo, creo que era ese sentimiento de no querer dejarlo ir. Nos colocamos nuestros zapatos y con una distancia muy corta comenzamos a caminar rumbo a mi casa. Al entrar era hora de que él se fuera, un beso en la mejilla y un "nos vemos mañana" en el oído terminaron de explotar todos los sentimientos que una adolescente de 17 años puede tener.
Había pasado el día, y con una sonrisa picara de mi mamá preguntándome como me había parecido la noticia de que Marco estudiaría en la misma escuela que yo, reí e inmediatamente supe que algo comenzaba a pasar. Era hora de dormir, pero mi mente estaba ocupada pensando que pasaría ahora que estábamos cerca una vez más. 10:45 pm. Suena mi teléfono, se refleja en la pantalla un mensaje diciendo "Fue chevere volverte a ver, gracias por ser parte de mi día" y de allí se derivan miles de preguntas: ¿Cómo consiguió mi número? ¿Qué le entusiasmo a escribirme? ¿Qué le respondería?Pensando en tantas cosas, me quedé dormida alrededor de las 11:20 pm.
Al despertar moría de ansias por contarles a Noha y Aitana lo que había pasado la tarde de ayer, me bañé y me arreglé rápido, un beso a mamá, cosquillas a mi perro y me fui al colegio. De camino, hubo un gran choque donde estaban involucrados una gran grúa y un pequeño twingo azul. Mientras llegaban los bomberos el paso estuvo trancado por 45 min lo que hizo que llegara tarde a la clase, me quede sentada en uno de los pasillos del colegio y veía a todos aquellos que comenzaban a llegar tarde por la misma situación.
Entre el señor de limpieza y una pequeña niña de 3ero venía llegando él, su rostro se iluminó con una sonrisa que me saludaba, me preguntó como estaba y comenzamos a hablar, se sentó al lado mió y así comenzaba a pasar el tiempo.
-Acompáñame a comprar en la cantina- Dijo. Me negué, estaba muy cansada porque no había dormido bien la noche anterior y aparte siempre me encantaba llevarle la contraria.
- No me hagas llevarte a la fuerza- Contestó.
-No te atreves- Respondí. Me miró fijamente, y con una carcajada al aire me tomó de un brazo hasta que me cargó. Todos se reían de nosotros, yo en cambio moría de pena pero estaba feliz porque iba con él rumbo a la cantina.
Después de llegar a la cantina me bajo diciendo: "Contigo me atrevo a todo". Comenzamos a acercarnos; mirando sus ojos grises, sus pecas, poco a poco comenzábamos a sentir algo irreal. Sentí su respiración justo al frente de mí y... Ahí pasó. Sonó la alarma de mi celular, despertándome para ir al colegio a las 6:17 am.
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